Una abuelita estaba en el zoológico con su nieta, pelirroja bellísima y cuyo rostro estaba salpicado de pecas rojas y brillantes.
Los niños estaban esperando en una fila para que un artista pintase sus caritas con patitas de tigre.
- Tú tienes tantas pecas que él no va a tener donde pintar - le gritó un niño de la fila en tono burlón.
Sin reírle la gracia, la niña bajó su cabecita.
La abuelita se agachó y le dijo:
- Adoro tus pecas.
- ¡Pero yo las detesto! - respondió.
- Cuando yo era niña, siempre quise tener pecas - le dijo, pasando el dedo por la cara de la nieta.
- ¡Las pecas son tan bonitas!
La niña levantó el rostro:
- ¿Tú crees que lo son?
- Claro, dijo la abuelita. ¿Quieres ver? Dime una cosa más bonita que las pecas.
La pequeña, mirando el rostro sonriente de la abuelita, respondió:
- ¡Las arrugas!.
Aquella frase es la más firme muestra de que si vemos a los otros con los ojos llenos de amor, sólo veremos belleza en ellos porque el cariño tornará invisible cualquiera de sus defectos.
"LAS ARRUGAS INDICAN DONDE ESTUVIERON LAS SONRISAS"
2 comentarios:
Hoy en día se habla de la importancia que tienen los abuelos en la formación y equilibrio emocional de los nietos.
Muy bonito este post!
Saludos y Ring, Ring.
mi abuela es una negrita aun dura...y nada de arruga jejeje....
jejeeje...
pasando a dejarte un abrazote con cariño te deje un correo electronico o pasa por mi blog hay una invitacion general post abajos
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